El empleo de los nuevos tratamientos biológicos está dando resultados prometedores y puede ofrecer una opción nueva al problema de la artrosis, venciendo la dificultad regenerativa del cartílago y manteniendo o mejorando la estructura y función articular, dándonos así una posibilidad que retrase lo máximo posible el implante de las prótesis sustitutivas:

 

·PROTEÍNAS AUTÓLOGAS DE SUERO (N-Stride) PARA LA ARTROSIS DE RODILLA:

Los últimos avances en tratamientos biológicos para retrasar la artrosis al ralentizar la progresión de la degradación y la destrucción del cartílago de la rodilla se basan en detener o controlar los productos tóxicos generados en el líquido articular que dañan el cartílago:

En una rodilla artrósica, las citocinas proinflamatorias (las “proteínas malas” llamadas IL-1 y TNF) superan a las citocinas antiinflamatorias (“proteínas buenas”) y atacan el cartílago, lo que ocasiona un desequilibrio que da lugar a dolor de rodilla y la lesión de los cartílagos. Estas proteínas “no deseables” deben detenerse simultáneamente para disminuir el dolor y ralentizar la degeneración de los cartílagos.

La tecnología biomédica actula no puede hacer que el cartílago rejuvenezca, pero puede introducir concentraciones altas de proteínas “buenas” (IL-1ra, sIL-1R, sTNF-RI y sTNF-RII, que sobrepasan y bloquean las citocinas proinflamatorias (proteínas “malas”) IL-1 y TNF, lo que da lugar a una disminución del dolor y a una ralentización de la degeneración del cartílago. Al re-establecerse el equilibrio de citoquinas en la rodilla, se detiene el proceso de degradación del cartílago y se estimula la proliferación celular de los condrocitos.

De este modo que se trata la causa del dolor de la rodilla artrósica, pues, a diferencia de los tratamientos tradicionales que solo proporcionan alivio del dolor sin tratar la causa, el dolor se reduce y la movilidad de la rodilla aumenta al reducirse la progresión de la artrosis.

No seremos más jóvenes, al menos de momento, pero detendremos o ralentizaremos el proceso de envejecimiento.

 

FACTORES DE CRECIMIENTO (Plasma rico en plaquetas o PRP)

 

Las inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP) utilizan las células sanguíneas del propio paciente para promover la curación de heridas y alteraciones de tejidos como una alternativa a la cirugía. Se usa con éxito para tratar lesiones de tendones, ligamentos, músculos y articulaciones. Hasta hace unos años, la aparición de lesiones degenerativas de tendones, ligamentos o cartílago condenaban al paciente a una artrosis precoz.

Desde no hace mucho tiempo disponemos de una nueva propuesta terapéutica basada en la utilización del Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRP) que podría interrumpir o al menos retrasar el avance de lesiones degenerativas y acelerar la recuperación en lesiones agudas. Su aplicación puede revolucionar los tratamientos existentes en la actualidad que son meramente paliativos para las lesiones crónicas y ni previenen, ni curan la enfermedad, ni detienen su evolución.

El PRP imita y optimiza los mecanismos fisiológicos de reparación que se ponen en marcha espontáneamente en todos los tejidos tras una lesión, ya sea causada por un traumatismo, un tratamiento quirúrgico o una enfermedad. Son proteínas que intervienen en la comunicación celular transmitiendo su información al interaccionar con los receptores situados en la membrana celular. Induciendo la migración celular dirigida, la proliferación y diferenciación celular, la formación de nuevos vasos sanguíneos, etc. Todos ellos acontecimientos fundamentales en la reparación y regeneración de cualquier clase de tejido. Se ha observado que a los cinco días de la aplicación del PRP hay, dependiendo del tejido, hasta 40 veces más células trabajando en la zona tratada (reconstruyéndola, cicatrizándola, regenerándola y, en definitiva, curándola) que si se hubiera seguido el protocolo convencional.

BENEFICIOS: Los estudios realizados demuestran que es eficaz en las distintas fases o grados de la enfermedad, lo que permite aspirar a retrasar el tratamiento definitivo de las artrosis leves-moderadas. Las investigaciones indican que se podría interrumpir o al menos retrasar el avance de la enfermedad. El 80% de los pacientes que reciben el tratamiento experimentan una disminución significativa del dolor y una recuperación significativa de la capacidad de movimiento. Asimismo la rigidez de la rodilla disminuye en casi la mitad de los pacientes tratados, con la mejoría en la calidad de vida del paciente que eso supone. El sexo y la edad de los pacientes no influyen en la respuesta a esta terapia pero si interviene el grado de artrosis. (La mejoría clínica más importante se da en aquellos pacientes cuyo proceso artrósico está menos evolucionado en el momento de recibir el tratamiento.) El PRP reemplaza el líquido sinovial patológico en situaciones de derrame, inflamación y dolor articular. Asimismo actúa sobre las células de la membrana sinovial y los sinoviocitos (responsables de la producción del líquido sinovial que baña por completo la articulación) estimulando la producción de ácido hialurónico y otras moléculas bioactivas. El resultado es que mejora la calidad del líquido sinovial, actúa como antiinflamatorio y disminuye el dolor.

La eficacia clínica del PRP en la articulación se puede atribuir a varios efectos muy importantes:

· Efecto anabólico en el metabolismo del cartílago.

· Bloqueo de la degradación del cartílago.

· Restitución de un ambiente fisiológico en la articulación inhibiendo la inflamación y disminuyendo el dolor.

No produce problemas de rechazo o alergia, ni presenta efectos secundarios adversos y se puede aplicar sin problema las veces que sea necesario.

TÉCNICA: El Plasma Rico en Factores de Crecimiento se obtiene de la propia sangre del paciente, sin agentes externos de ningún tipo. A través de una extracción de sangre idéntica a la que se realiza para cualquier analítica convencional.

La sangre obtenida se procesa en el laboratorio en condiciones de esterilidad para separar las moléculas que nos servirán terapéuticamente.

Las plaquetas se originan en nuestra médula ósea y son un componente de la sangre, junto con los góbulos rojos y el plasma. Los factores de crecimiento son proteínas solubles producidas y secretadas por las células del organismo aunque es en las plaquetas (en concreto, en sus gránulos alfa), en los macrófagos y en el plasma sanguíneo donde están contenidas en mayor proporción. En esta técnica se realizan, generalmente, tres infiltraciones con intervalos de dos semanas entre cada una de ellas y durante todo el procedimiento se siguen condiciones rigurosas de esterilidad llevadas a cabo por personal cualificado. El resultado es un tratamiento bioseguro y 100% autólogo, es decir, el sujeto es a la vez donante y receptor. Puede utilizarse en lesiones de cartílago leves-moderadas , además de en lesiones tendinosas y musculares.

VISCOSUPLEMENTACIÓN (ÁCIDO HIALURÓNICO):

Actualmente se emplean infiltraciones intra-articulares de Ácido Hialurónico (“viscosuplementación”) para recuperar la viscoelasticidad del líquido sinovial que se pierde en el proceso artrósico, lubricando la articulación y evitando el roce de las zonas dañadas del cartílago.

El principal objetivo es mejorar las condiciones de la articulación evitando el rozamiento articular y descargando al hueso subcondral de la presión aumentada por la pérdida del cartílago hialino, por lo que se consigue un alivio sintomático del dolor y mejorar la función articular. Por todo ello se observó que el Ácido Hialurónico retrasala progresión de las lesiones.

Mejora la lubricación articular, mantiene la separación de las superficies articulares actuando como un relleno de apoyo viscoelástico y amortigua la carga en beneficio de la integridad del cartílago.

Además del efecto mecánico mencionado, actúa sobre la membrana sinovial de las articulaciones y las vainas tendinosas, así como en lesiones agudas de los meniscos de la rodilla, produciendo un efecto de reparación biológica.

 

                   

· CÉLULAS MADRE MESENQUIMALES

 

Ya a principios del siglo XXI, en 2002, Wakitani ya publicó el primer estudio del tratamiento de la artrosis con células mesenquimales extraídas de la médula ósea para la reparación de lesiones degenerativas de cartílago en rodillas. También en Japón, en 2006, Yamanaka publicó la inducción de células mares (Pluripotnet Stem Cells) a partir de céliulas extraídads de la grasa, lo que le valió el Premio Novel de Medicina en 2012. Los resultados suponen un nuevo avance en la medicina regenerativa.

Las células madre adultas son células multipotenciales, es decir, capaces de transformarse en otros tipos de células. Gracias a su capacidad para diferenciarse en células del tejido u órgano en el que se inyectan son ideales para conseguir regenerar o reparar las estructuras y tejidos dañados, como cartílago, ligamentos, tejido nervioso, tendones, músculos y huesos.

Un simple pinchazo basta para obtener sangre de la pelvis del paciente (de la cresta ilíaca, en general, con anestesia local y sedación). Posteriormente, la sangre se centrifuga para conseguir la fracción que contiene la mayor concentración de células madre. Al ser extraídas de la propia persona adulta no producen rechazo o efectos secundarios.

Las células madre se utilizan principalmente en:

-Defectos de cartílago articular para obtener regeneración del cartílago retrasando la progresión de la artrosis. En muchas lesiones deportivas existe desgaste o daño en el cartílago articular. La enfermedad degenerativa articular es una patología muy frecuente, y es la primera causa de incapacidad funcional laboral y acarrea un consumo muy elevado de recursos económicos del sistema sanitario, tanto en el sector público como privado.

-Cirugía ligamentosa como la de rodilla (cruzado anterior). Mejora la incorporación de los tendones y los fortalece, lo que reduce el tiempo de rehabilitación.

-Tendinitis y roturas tendinosas: tendón rotuliano, Aquiles, lesiones del manguito rotador del hombro,…

-Fracturas: para favorecer la formación de hueso o en casos de retraso en la consolidación de fracturas. ·

ATELOCOLÁGENO Y CHITOSAN

 

Recientemente, el Atelocolágeno ha encontrado una nueva aplicación en la reparación y regeneración de lesiones del cartílago articular. Este colágeno tiene importantes ventajas respecto a otras sustancias, como la compatibilidad tisular, ser biodegradable o tener una mínima probabilidad de producir reacciones inmunitarias de hipersensibilidad.

Tras la estimulación de la médula ósea durante la cirugía se aplica el Atelocolágeno, que presenta una estructura en triple hélice, siendo una matriz celular óptima que permite la migración y conducción celular de las células de la médula ósea que se adhieren a la matriz; estas células se activan proliferando y diferenciándose, produciéndose la condrogénesis.

La matriz de Atelocolágeno, pues, le da estabilidad estructural al conjunto hasta que el tejido formado la sustituya, y junto con el «pegamento» de fibrina mantiene la integridad del implante. De este modo la matriz de Atelocolágeno proporciona un entorno óptimo que permite la regeneración del cartílago articular.

Los resultados clínicos de su aplicación son excelentes:
-El 90% de los pacientes experimentan una mejoría clínica (Cuestionario de Lysholm).
-El 80% evidencian crecimiento de cartílago en Resonancia Magnética.