“Nos deleitamos con la belleza de una mariposa, pero rara vez admitimos los cambios  por los que ha pasado para lograr esa belleza”

-Ryan Holiday

 

Fue el emperador filósofo Marco Aurelio ( o pueda que fuera alguno de sus maestros estoicos) quien introdujo la idea de que los obstáculos que nos encontramos en la vida han de verse como peldaños de la escalera que nos conduce a la plenitud.

Todos tenemos problemas, grandes y pequeños, y y nos es imposible controlar nuestras vidas para evitarlos en muchas ocasiones. Incluso, a veces, te llegas a sentir como una hoja que acaba de caer del árbol y es llevada por el viento de un lado a otro, de forma caprichosa, por el viento en una tarde de otoño.

Pero estas dificultades puedes afrontarlas no como muros infranqueables, sino como retos, que te permitan hacerte con más templanza, con más sabiduría, porque, aunque lo que te sucede muchas veces escapa a tu control, sí que puedes controlar la forma en la que reaccionas ante la adversidad.

Para superar estas adversidades la motivación sóla no te servirá, porque en muchas ocasiones te flaquearán las fuerzas, y tendrás que basarte en la disciplina, forjada por una voluntad férrea que vas incorporando a tu ser:

1-Primero tendrás que cambiar tu percepción del mundo y del problema, abrir tu mente para encontrar posibles soluciones.

Para ello puedes mirar el problema desde fuera,  como si le hubiera pasado a otra persona y la tuvieras que aconsejar sobre ello, y hablarte en tercera persona, así se disminuirá la carga emocional del problema. Para ello tendrás que ejercitar su TEMPLANZA

 

2-En segundo lugar, puedes establecer una estrategia racional, una hoja de ruta para poder superar el problema. Aquí tendrás que recurrir a la SABIDURÍA práctica, a tus conocimientos sobre otras situaciones similares que te hayan ocurrido o, mejor, a cómo otras personas han superado un problema similar.

Te aseguro que lo que te ocurre, por muy malo que sea, le ha ocurrido a miles de personas antes que a ti en la historia de la Humanidad. Algunos habrán escrito sobre el tema.

Puedes aprender de ellos para establecer un plan estratégico para resolverlo.

 

3-Una vez trazada la estrategia, no seas un avestruz que esconde la cabeza ignorando el problema. Tienes que pasar a la acción de una forma lo más racional, persistente y flexible que puedas.

Para subir una montaña primero tienes que dar un pequeño paso adelante, y luego otro…

No esperes las condiciones perfectas para empezar. Ponte en marcha. Demuestra tu VALENTíA

4-Una vez que has puesto tu objetivo, deja de pensar el él. Piensa en el proceso, en la acción que tienes que llevar a cabo para ello. Los resultados llegarán (Tendrás que ponerte algunas señales en el camino para ver que vas avanzando por el camino correcto por tienes que corregir el rumbo).

Para hacer esto tienes que vivir en el momento presente, olvidándote del problema mismo, y hacer solo lo que te has propuesto en ese momento, con toda tu atención.

VIVE EL MOMENTO PRESENTE, tomando conciencia de tu ser en cada instante.

 

Estos consejos siguen funcionando después de miles de años,

porque la Humanidad no ha cambiado en el fondo,

por mucho que haya avanzado la tecnología,

por mucho que haya cambiado la moda,

por mucho que hayan subido los precios…

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“El alcohol es como el amor. El primer beso en mágico, el segundo es íntimo, el tercero rutinario”.

-Raymond Chandler

 

El final de Callahan:

Soplaba el viento en aquella maldita y húmeda noche de noviembre, y sentía  cómo el frío le clavaba sus dientes de lobo en los huesos.

Sería la cercanía de la costa.

Los faros de los coches iluminaban la carretera sinuosa que recorría las colinas, y al fondo se adivinaba la inmensa oscuridad del mar.

Callahan arrancó el motor en la oscuridad pero no encendíó las luces y empezó a seguir al Cadillac negro que conducía la rubia con vestido negro a la que había estado esperando.

(Sí negro, todo muy negro).

 

Después de estar horas sentado en su coche viejo a las afueras del club nocturno, con el frío, Callahan empezó a sentirlo de nuevo: era la maldita rodilla derecha, que le provocaba una mueca de dolor cada vez que pisaba el acelerador.

“Maldita rodilla, otra vez” pensó Callahan.

Ya le había dolido antes.

Ya le había crujido antes, cuando subía las escaleras del despacho.

“Ya no soy un chaval”, se dijo Callahan.

“Tengo que ir pensando en jubilarme, estoy demasiado viejo para esta mierda”

(Nota del traductor: en realidad, Callahan pensó en inglés: “I´m too old for this shit”, con american accent, que queda mucho mejor en las pelis de detectives).

 

“Pero antes tengo que dar su merecido a los que hicieron eso al viejo Mulligan. Malditos seáis, bastardos”.

(Nota del T. : en español la traducción correcta sería: “Malditos seáis, hijos de puta”, pero con lo del lenguaje inclusivo y la censura buenista en la película  tendría que decir “Malditos seáis, Hijos de persona en situación de exclusión que practica la prostitución bajo el yugo del heteropatriarcado”, y esto no queda muy bien en el cine negro, le resta dinamismo).

 

El Cadillac salió de la carretera y avanzó lentamente a un granero abandonado.

Callahan lo siguió y a una distancia prudencial apagó el motor y bajó cojeando del coche, palpándose al Magnum 44 que llevaba en la sobaquera.

Esto le daba tranquilidad.

La viaja Magnum nunca le había fallado, y la confianza es algo que depende del pasado, no de las esperanzas futuras.

No como la maldita rodilla.

“Tendría que haber hecho caso a ese médico español, ese chato con nariz de boxeador… Galego creo que se llamaba.

Me tendría que haber dejado infiltrar la rodilla y ahora no estaría cojeando”

Demasiado tarde para arrepentirse ahora.

Avanzó sigilosamente por la parte de atrás del granero y se puso a  mirar por la estrecha rendija entre dos tablones, pero..

Notó el frío cañón de una escopeta en la sien.

Era una emboscada.

Los matones italianos con traje de seda italiana y estrechos zapatos italianos le habían estado esperando…

Callahan se giró violentamente y con un manotazo desvió el arma, y soltó un gancho de izquierda directo al hígado del matón, que cayó emitiendo un ruido sordo

“Ughhh”

Como solo un matón italiano con traje de seda italiana puede emitir cuando le dan en el hígado.

Callahan echó a correr, cojeando.

Escuchaba a sus espaldas los gritos de los otros matones y el ladrido de los perros.

Habían salido a cazarlo como si fuera un conejo.

Corrió todo lo que pudo, hasta que la rodilla le empezó a fallar.

“No llegaré muy lejos”. Pensó.

Ya ni siquiera sentía dolor.

Pero la rodilla no le aguantaba y se quebraba bajo su peso como una rama seca.

Los gritos se acercaban cada vez más.

Callahan cayó de bruces sobre la hierba.

“Maldito Dr Galego, tendría que haber dejado que me operaras”

Al darse la vuelta sintió cómo le atravesaban los ojos de los matones que le seguían, ojos de rapaces hambrientas.

“Arrivederci, signore Callahan”, dijo el jefe, con sonrisa de hiena.

Fue lo último que alcanzó a oír, porque ni siquiera escuchó el disparo que le hundió en las negras aguas  silenciosas de  la oscuridad eterna.

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Hoy es el aniversario del nacimiento de uno de los más grandes escritores de todos los tiempos: Raymond Chandler

¿Has visto a Humphrey Bogart en el “Adiós muñeca” o en “El Sueño Eterno”? Pues el que inventó al personaje del detective  P. Marlow.

¡Ah! Ya te acuerdas

(Si no las has visto o leído… hazlo antes de que te conviertas en un fiambre, amigo).